Dios mío, permíteme que esta Navidad donde la paz, la esperanza, el amor y la convicción de un futuro seguro llenen mi mente y corazón para siempre, invitando a tu hijo Jesús para que sea el Señor y salvador de mi vida, alegrándome así no solo por un mes, sino por el resto de mis días. ¡Que el Niño Jesús, con su infinito amor y su bondad, ilumine nuestros hogares y los colme de dicha y bendiciones!
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